Una jueza federal en Miami ha desestimado la demanda por infracción de derechos de autor presentada contra Karol G y Tiësto por su éxito de 2021 “Don’t Be Shy”. La decisión judicial marca un nuevo capítulo en el debate sobre los límites del copyright en la música, en especial en una era donde la creatividad artística se encuentra constantemente bajo el escrutinio legal.
¿De qué se les acusaba?
La demanda fue presentada en 2023 por René Lorente-García, un compositor cubano-estadounidense, quien alegaba que “Don’t Be Shy”, el primer lanzamiento en inglés de Karol G y que alcanzó el puesto n.º 4 en el Billboard Hot Dance/Electronic Songs, copiaba la melodía, ritmo y armonía de su tema de 1998 “Algo Diferente”.
Sin embargo, la jueza Cecilia M. Altonaga concluyó el mes pasadao que no existían elementos suficientes para que el caso llegara a juicio, otorgando un fallo sumario a favor de los acusados. Además de Karol G y Tiësto, la demanda también involucraba a Atlantic Records, Sony Music Publishing, Kobalt y Warner Records, todos los cuales quedaron absueltos.
Argumentos legales: experticia en entredicho
La parte demandante presentó un informe pericial de Richie Viera, un reconocido productor musical latino y exejecutivo de A&R en Capitol Records, como prueba de la supuesta infracción. Sin embargo, la jueza Altonaga desestimó dicho informe por considerar que Viera carece de competencias en musicología forense.
Aunque su currículum demuestra experiencia en el negocio de la música latina”, escribió la jueza, “ninguno de esos roles implica competencias clave como la transcripción de composiciones o el análisis comparativo de obras
El testimonio de Viera fue duramente criticado, sobre todo por su declaración en la que dijo: “Uso mis oídos. Puedo detectar cuando una palabra es copiada, cuando hay cualquier tipo de copia. Opero a ese nivel alto… Tengo un instinto, algo que me fue concedido por Dios.”
La jueza fue tajante: “Eso no es una metodología. Es, en el mejor de los casos, intuición personal presentada como si fuera experiencia profesional”.
El papel del acceso previo en casos de plagio musical
Una de las piedras angulares en casos de plagio es demostrar que el acusado tuvo acceso previo a la obra original. En este caso, Lorente-García no logró probar que Karol G o Tiësto alguna vez hubieran escuchado “Algo Diferente”.
La jueza afirmó que la canción de 1998 estaba simplemente “presente en el éter digital, una entre millones”, lo que hace improbable que los artistas la conocieran. Según su análisis, “ningún jurado razonable” podría llegar a la conclusión de que hubo acceso intencionado o conocimiento previo de la obra original.
Opiniones de los involucrados
El abogado Donald Zakarin, representante de Karol G, Tiësto y las discográficas implicadas, declaró a Billboard:
Este fue un caso erróneo que nunca debió presentarse. No había posibilidad de acceso, y las supuestas similitudes eran elementos musicales comunes presentes en múltiples obras anteriores.
También criticó la creciente tendencia de presentar demandas sin fundamentos sólidos contra artistas exitosos, afirmando que “es costoso defenderse, pero lo correcto es luchar por proteger a todos los compositores”.
Por su parte, Viera declaró el 14 de julio que apelará la decisión, defendiendo su trayectoria y metodología:
Es el acto de plagio más descarado que he visto en más de 22 casos como perito. Aunque una de mis declaraciones fue sacada de contexto, mantengo mi posición profesional y mi fe en que Dios no me dejará en vergüenza.
Este fallo se suma a una creciente lista de demandas por plagio desestimadas en los últimos años. Casos como los de Ed Sheeran, Katy Perry o Led Zeppelin han puesto de relieve la dificultad de definir legalmente los límites entre la inspiración y la infracción en un entorno donde gran parte de la música popular se basa en progresiones armónicas comunes y estructuras similares.
La decisión de la jueza Altonaga refuerza el estándar legal de que las similitudes deben ser sustanciales y específicas, no meramente genéricas, para que una demanda de este tipo prospere.
Además, subraya la importancia de contar con expertos calificados y análisis técnico riguroso en casos que requieren una evaluación objetiva del contenido musical. La exclusión del testimonio de Viera por falta de cualificación fue clave para la resolución del caso.
El veredicto en el caso de Karol G y Tiësto vs. René Lorente-García refuerza la necesidad de criterios sólidos y expertos capacitados en litigios por plagio musical. También pone en tela de juicio la viabilidad de demandas sustentadas únicamente en impresiones subjetivas o coincidencias superficiales.
Para los artistas y compositores, la sentencia representa una victoria legal y un llamado a proteger la creatividad frente a acusaciones infundadas. Para la industria, es un recordatorio de que, en el complejo terreno del derecho de autor musical, no todo parecido justifica una demanda.
